En tierra común, todos unidos.

Del más cálido verano, al más severo invierno. Todo está en nosotros, todas y cada una de las almas que han pasado por O Couso han dejado aquí su esencia. Cuán de necesario es ser presente en el cambio estacional, desde la alegría y el danzar sobre la verde hierba en el más plácido de los veranos, hasta el presente invierno, este que te hace sentir, en reflexión ante la chimenea, todos cuantos por aquí han pasado, qué gratificante es recordar que aquella estantería la hizo Alex, aquella puerta la colocó Paco, este inmejorable aceite lo trajo Filo con su familia, estas mesas las reparamos con Luis el polaco, y aquel móvil en la ermita, lo hizo Carmen en un día que necesitaba soledad.

Este trocito de cielo, que bien podría estar enterrado en naturaleza en cualquier lugar del mundo, está albergando tal calidad y cantidad de energía de todos y cada uno de los que por aquí peregrinan, que repara, sana, hace sentirnos en un camino gratificante y lleno de aprendizaje, calma, paz. Las gallinas no paran de poner huevos, cuando los vecinos nos dicen que en invierno deberían de dejar de poner, y como ellas, nosotros sostenemos la luz que tantas personas apoyan en cada riconcito de sus corazones, ya por nuestra geografía entera, y empezamos a sentirla fuera de nuestras fronteras.

Estoy aquí porque el aprendizaje se condensa, en contacto con la madre tierra. Todo sale de dentro cuando estamos atentos, centrado en lo que llevo, busco la armonía con el entorno, todos vinimos aquí para algo. Ser felices es fácil. Cuando simplificamos la vida, nos damos cuenta que la sonrisa no se borra de nuestras mejillas, pero ahora toca saber a lo que vinimos a este mundo, a este puñetero y maravilloso mundo, y digo puñetero, porque si no despertamos, pasa y no nos damos cuenta, y sin ese dormir, el despertar no sería posible. Afortunado de mí, que incluso durmiendo disfrutaba y era feliz, pero ahora me siento absorto, incrédulo ante tanta belleza natural, y no hablo de lo físico, que también, hablo de todo lo que llevamos dentro, de todos aquellos sentimientos que analizados, estudiados, aceptados y abrazados, se convierten en alquimia dentro de nosotros y nos hacen saber por qué estaban ahí, para darle sentido a todo lo que viene después.

Y aquí estoy, encontrándome con tantas almas hermanas que poco a poco llegamos a la misma conclusión. Y entonces nos reconocemos, todos en el mismo camino, nadie por encima de nadie, nadie por debajo de nadie, todos en su proceso, con su consciencia, pero ya no nos dividen, ya somos uno, ya sabemos que la unión hace la fuerza y juntos, no nos moverán, sí, como bien nos hizo cantar Chanquete a todos juntos.

Cualquier persona que llega se acoge como a un hermano de toda la vida, como alguién maestro en algo y con ello a aprender con él, y siempre salimos con más cosas dentro de con lo que llegamos. Mirando cualquier foto, veo cada cara y siento algo especial con ella, porque el marco que aquí se guarda, se guarda con tesón, con amor, con sonrisas y cada uno hace lo que siente, sin ser juzgado ni señalado.

Cuánta gente ahora me escribe y me dice que no paro de sorprenderlos con los horizontes que estoy alcanzando a ver, en este camino que hace ya emprendí hacia el destino que marca mi corazón. Pero yo tengo que decirles, que me estoy  apoyando en el hombro de gigantes para ver esos horizontes. Siempre tuve esa suerte, la de tener personas enormes a mi lado, y ahora los sigo encontrando, y me siguen aportanto crecimiento. Me ofrezco a que me corrijan, soy el primero en equivocarme, para ser consciente de no volver a cometer lo que ya sería un error. Y todo esto es mas fácil y más rápido aquí, sin estímulos cotidianos, sin condicionamientos, sin juicios, sin nada más.. que ser.

Recordad, por favor, que nuestra empresa es saber a qué vinimos, intentemos por medio de nuestros dones y talentos, desarrollar nuestra luz e iluminar en servicio a los demás. Imaginad un mundo así, donde cada uno se hace al prójimo, ofrece, ayuda, sonríe e ilumina a su alrededor. Recordad amar incondicionalmente y sentid compasión, no pena, poneros en el lugar de aquellos y obrad en pos de ello.

Este mundo ya es maravilloso, pero tenemos que despertarlo, está en un sueño profundo y necesitamos el grito unánime de cuántos más, mejor.

Gracias a todos aquellos que llevo bien cerquita, si soy grande es por estatura, porque me aportáis bienes como no imagináis, y eso no ocupa lugar. Gracias de corazón por ayudarme a crecer.

Soy muy muy feliz, aquí, allí, me siento como un comodín donde quiera que me encuentre.

Gracias, muchas gracias por contribuir a ello.

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4 comentarios sobre “En tierra común, todos unidos.

    1. Gracias, pero eso siento de todas las personas con las que la vida me hace encontrarme.. vosotros sois uno de esos gigantes en cuyos hombros me apoyo para ver un horizonte aún más lejano.
      Gracias Meys!! os llevo dentro.

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